PROSTITUCIÓN E HIPOCRESÍA POLÍTICA
El título lo dice todo.
Uno de los debates más frecuentemente abiertos en nuestra esfera política, debido a la insistencia del PSOE con el temita, es el de la situación de la prostitución en España. Un debate que me toca los cojones por la cantidad de datos falsos, falacias y demagogia barata que se vierten.
Un debate que suele servir de coartada a los carcas tipo Ned Flanders de toda la vida para ir de "progresistas" y de que se preocupan por las mujeres mientras, paradójicamente, limitan su libertad de decidir introducirse en un determinado tipo de TRABAJO (remarco esto porque la prostitución sí que es un trabajo, por mucho que los marxistas se empeñen en decir que no), solo porque no les parece moralmente adecuado.
El objetivo de esta entrada no es otro que el de plantear mi punto de vista sobre la prostitución de una forma racional y el de exponer la hipocresía de ciertos representantes políticos respecto a este tema (apartado en el cual el PSOE cobrará un especial protagonismo).
Así que, esclarecido el objetivo principal de esta entrada, démosle caña al asunto.
En el programa electoral del PSOE, tiene su gracia observar que uno de los puntos consiste precisamente en abolir la prostitución.
Vamos, que tenemos al partido que se fue de putas con el dinero de los parados andaluces queriendo abolir la prostitución.
Ni los hermanos Marx habrían podido crear una comedia tan retorcida y a la vez tan hilarante.
Joder.
El caso es que el PSOE presentó una proposición de ley para perseguir la prostitución multando a los clientes de ésta.
Esta proposición de ley fue respaldada por el PP (el otro partido altamente corrupto del panorama político español) el día 7 de junio, y provocó una fuerte división dentro de Unidas Podemos.
El debate parlamentario en torno a esta cuestión es más que considerable. Lo que me extraña, sinceramente, es que VOX aún parezca no haberse posicionado al respecto.
Aunque leyendo su programa electoral de 2016 (que lo tenéis en la red por si lo queréis fisgar), podemos hacernos una idea del palo del que van en tema prostitución.
El caso es que la opinión que tengo sobre este tema no va en consonancia prácticamente con ningún partido político (el único que quizás podía acercarse era Ciudadanos, el cual proponía un modelo regulacionista que, aunque no me termina de convencer, es una postura más cercana a la mía que la del resto de formaciones políticas).
Así que empiezo diciéndoos, queridas putas, que a los políticos les importáis UNA SOBERANA MIERDA.
Cuando hablan de vuestro trabajo, el 99% de las veces suele ser para prohibirlo y el 1% restante para ofrecer regulaciones que no terminan de resultar convincentes.
Y es que en este tema existe una distancia brutal entre la clase política y quienes realmente están en la calle ejerciendo este trabajo, para variar.
Si hay alguna lumi leyendo esto, le aconsejaría sinceramente que o se abstuviese de votar o votase en blanco.
¿Por qué?
Porque ninguno de los partidos políticos está escuchando realmente lo que piden las prostitutas.
¿Por qué cojones no hablan con las múltiples asociaciones de prostitutas que existen en el país? (Ojo, me refiero a todas, no solamente a las que les son políticamente afines).
¿Por qué cojones no buscan de una forma racional una solución al principal problema que tienen las prostitutas en este país, que son precisamente las trabas burocráticas que muchas de ellas sufren a la hora de ejercer su trabajo, así como la situación de marginalidad legal en la que se encuentran?
Porque su voto NO LES INTERESA.
Prefieren el voto de las cuatro señoras menopáusicas que no tienen ni puta idea del mundo de la prostitución pero que creen que saben solo por haber cursado una estúpida carrera de Sociología.
Principalmente porque muchas de esas señoras menopáusicas (vulgarmente conocidas como Charos) les son afines ideológica y políticamente.
Hacedme caso, la rama más tradicional de la izquierda española está petada de tipas gilipollas de avanzada edad que son muy de este calibre.
Ahí tienes a las Lidias Falcones o a las Lucías Etxebarrías de turno dando constantemente la murga con que si las prostitutas están más oprimidas que un negro en la Inglaterra del siglo XVIII, incluso cuando hay prostitutas que se levantan más de 3.000 euros al mes y hasta ELIGEN LOS CLIENTES.
Habéis leído bien, señores. Hay prostitutas que eligen a los putos clientes.
Esto es importante remarcarlo, porque abundan los cuñados que piensan que las prostitutas, independientemente de si son callejeras o de alto standing, se follan por obligación a tíos indeseables que las maltratan y abusan sexualmente de ellas.
Cuando en gran cantidad de casos, las prostitutas tienen derecho a rechazar a un cliente si lo perciben como conflictivo o peligroso.
Pero todos estos aspectos a nuestra clase política se la sudan por completo, como de costumbre, ya que ellos tienen sus ideologías y hojas de ruta particulares que no abandonarán por muchas evidencias en contra que se les aporten a sus consignas de mierda.
Otro aspecto que configura mucho la visión sobre la prostitución que suele tener la izquierda es el planteamiento, típico en sectores marxistas, de que para que algo sea considerado un trabajo, tiene que generar valor social, es decir, aportar un valor determinado a la sociedad.
Esto es una soberana gilipollez.
Sin entrar en el hecho evidente de que trabajo es una palabra polisémica con una gran multiplicidad de definiciones que incluso han variado a lo largo de la historia de la humanidad, dentro del diccionario de la RAE y para hablar de trabajo en un sentido económico, nos interesan especialmente las definiciones 2 y 6 de esta palabra, las cuales son las siguientes:
"2. Ocupación retribuida."
"6. Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital."
¿Qué tienen en común estas dos definiciones?
Exacto. En ambas se menciona LA GENERACIÓN DE CAPITAL como un elemento común.
Cuando nos referimos a que la prostitución es un trabajo, nos referimos a que es un trabajo de acuerdo con las definiciones 2 y 6 de la palabra.
Y efectivamente lo es, ya que:
- Está retribuida, dado que las prostitutas la realizan a cambio de un beneficio económico, que varía dependiendo del tipo de prostitución que se esté ejerciendo.
- Se realiza una acción a cambio de la obtención de riqueza, en este caso, el sexo.
Respecto al segundo punto, soy consciente de que es al que más objeciones se va a presentar, ya que es el punto por el cual muchos, sobre todo dentro de sectores marxistas, no consideran a la prostitución como un trabajo más.
Y yo en plan: ¿en qué se diferencia objetivamente el trabajo sexual de cualquier otro trabajo físico? ¿Sois conscientes de que bajo la premisa de que prostituirse es vender tu cuerpo también estaríais diciendo que otros trabajos en los cuales el cuerpo se emplea también constituyen una venta del cuerpo?
En serio, ¿creéis que es más digno estar matando 8 horas diarias en una oficina haciendo albaranes, jugarte la vida en una guerra por los intereses de unos hijos de puta a los que ni siquiera conoces o limpiar culos de ancianos?
¿En base a qué? ¿A ese concepto abstracto del "valor social"?
Pues si nos ponemos así, podríamos decir que la prostitución es un trabajo que genera beneficios positivos a la sociedad, ya que funciona a modo de asistencia sexual a personas que de normal no podrían acceder al sexo debido a falta de cualidades para atraer al sexo opuesto (lo cual, he de decir, es un problema fundamentalmente masculino y que se da más de lo que a muchos de vosotros os gustaría pensar).
Pero además, es que dan datos totalmente sesgados.
Uno de los mitos más extendidos en el mundo abolicionista consiste en la idea de que el 80% de las mujeres que se dedican a la prostitución están obligadas o explotadas.
¿De dónde sacan el porcentaje? DE SUS COJONES MORENOS.
O mejor dicho, de sus ovarios morenos, ya que esta gilipollez se le ocurrió a la política laborista británica Fiona McTaggart, en base a estudios que en ningún momento concluían lo que ella ladraba.
Pero lo más gracioso es que, según el artículo de prensa que mires, la cifra varía. En algunos sitios es el 80, en otros el 90, y en otros incluso hasta el 95%.
Organizaciones supranacionales, cuerpos de policía, feministas institucionales e incluso periodistas que quieren ser considerados serios repiten como loros este dato cuyo origen desconocen.
En serio, os recomiendo mucho el canal de YouTube "Mundo Puti".
Vale, ya sé que el título os puede sonar un poco a coña jo jo jo.
Pero su autor, el trabajador sexual y neurocientífico Raj Redlich, es un tío que desmonta todos los mitos abolicionistas relacionados con la prostitución con una enorme pila de datos, estudios académicos y argumentos bien construidos.
Ya les gustaría a neomonjas del palo de Lucía Etxebarría estar a la altura de este tío.
De Redlich, cuyo canal os acabo de recomendar, os recomiendo enormemente el vídeo titulado "Desmontando el Abolicionismo: El mito del 80%".
Un vídeo ilustrativo y bien documentado, con decenas de referencias académicas que el propio autor deja en la descripción del vídeo para que los perezosos de turno adictos a la Nintendo Switch, las pajas a tempranas horas del día y al Mario Odyssey vayan a consultarlas.
Podéis estar o no de acuerdo con sus puntos de vista, pero el tío se lo curra y aporta muchísima información.
Una de las cosas que más me sorprendieron del vídeo fue que, mientras que los peces gordos de la Policía Nacional y la Guardia Civil repiten por activa y por pasiva el mito del 80%, sus propios informes no apuntan a esa conclusión.
Lo que sus propios informes vendrían a estimar es que la cifra de mujeres que ejercen la prostitución de forma forzada rondaría entre el 10 y el 20%.
Vamos, igualito al 80% que vocifera el abolicionismo jo jo jo.
Pero claro, como las cifras tampoco son concluyentes debido a que las metodologías de los diferentes estudios realizados en torno a esta cuestión también varían, muchos argumentan que la cifra del 80% es cierta porque no podemos demostrar lo contrario.
Y esto es una falacia ad ignorantiam como la copa de un pino.
La falacia ad ignorantiam es una falacia que consiste en afirmar que una proposición es cierta porque quien se opone a ella no puede demostrar que no lo es.
Y esto es una soberana gilipollez.
¿Por qué? Porque la validez de un argumento no depende de si tu oponente en un debate puede demostrar que tu argumento no es válido, sino de las evidencias que tú aportes para sustentarlo.
Es la misma falacia bajo la cual se da por válida la absurda cifra del 0'01% de denuncias falsas por violencia de género que se repite desde las instituciones y los medios afines a éstas, ya que como quienes nos oponemos a la fiabilidad de este dato no podemos demostrar con un número determinado la cantidad de denuncias falsas que existen en realidad, entonces la cifra del 0'01% tiene que ser cierta.
Y NO.
NO.
Repito: NO.
Tenemos que acostumbrarnos al hecho de que muchas veces en la vida, y más aún en temas científicos, nos vamos a encontrar con elementos que no pueden ser aún explicados, y que por tanto tienen a su alrededor una total incertidumbre.
La incertidumbre es parte de nuestra vida, al igual que también es parte del proceder de los científicos, ya que sirve como guía para poner en tela de juicio los actuales paradigmas científicos.
Thomas Kuhn denominaba a esto "anomalía".
En su libro La estructura de las revoluciones científicas (1962), Kuhn utilizaba el término "anomalía" para describir aquellos elementos que eran hallados por los científicos en sus investigaciones pero que no podían ser explicados por los paradigmas científicos actuales, lo cual hace que tales paradigmas tengan que ser puestos en tela de juicio en busca de nuevas explicaciones para fenómenos que no pueden ser cubiertos por los paradigmas científicos tradicionales.
Un ejemplo de "anomalía" lo podemos hallar en la gran cantidad de problemáticas masculinas que el feminismo ignora, dado que pueden poner en tela de juicio su relato de que las mujeres son el sexo oprimido y los hombres el sexo opresor.
Y esto último puede parecer una chorrada dicha de boca de cuatro feminazis extremistas, pero lo cierto es que incluso en el libro La mística de la feminidad (1963), de la feminista Betty Friedan, te puedes encontrar esta afirmación tan carente de fundamento.
Y vamos a ver, que han existido y existen roles de género que han asignado diferentes obligaciones y tareas a hombres y mujeres es un puto hecho fácilmente contrastable.
Lo que no está tan claro es que estos roles de género tengan su origen en una estructura patriarcal montada por los hombres con tal de oprimir a las mujeres y limitar su autonomía corporal y personal.
Más bien, pareciese que esta limitación de la autonomía femenina fue una consecuencia de la institucionalización de los roles de género y no su objetivo en sí mismo.
Pero, ¿por qué la teoría del heteropatriarcado opresor falocéntrico galáctico no es capaz de explicar problemáticas masculinas como el reclutamiento militar forzoso, la mayor prevalencia del suicidio en hombres, la obligación social del hombre de proveer en el matrimonio o el escaso apoyo que, incluso por parte del feminismo, sufren los activistas por los derechos de los hombres?
Pues porque las feministas que recurren a esta gilipollez intentan introducir esta explicación a martillazos, sin ser conscientes de que de esta manera estarían culpando a los propios hombres de la existencia de estas problemáticas (y en ocasiones incluso siéndolo, pero sudándoles el misifú).
Cuando la explicación es mucho más compleja, y quizás pasa por asumir que tal vez la existencia del varón en este mundo no ha sido tan idílica como algunos te quieren pintar.
Aparte del hecho de que negar la contribución femenina a la construcción de los roles de género es bastante ingenuo.
Lo cierto es que ha habido aspectos de la sociedad en los que ambos sexos hemos salido perjudicados de forma específica con respecto al otro sexo.
Competir por el rol de víctima es totalmente infantil y absurdo, y es algo que, si sois personas realmente maduras, tenéis que abandonar por completo.
Pero en serio, podría explicaros mejor todo esto en una entrada aparte, ya que tampoco quiero saturaros aquí con este tema. Simplemente quería que vieseis una de las limitaciones más evidentes de uno de los relatos más extendidos a día de hoy.
Pero volviendo al tema de la prostitución, me hace especial gracia ver cómo los políticos son totalmente hipócritas con este tema, especialmente los del PSOE, que son PRECISAMENTE ELLOS quienes han impulsado esta estúpida medida.
No sé si recordaréis el famoso Caso Faffe del PSOE andaluz, que tampoco se destapó hace mucho tiempo.
Si bien fue algo que no se aireó demasiado en los medios de comunicación, lo cierto es que el caso fue un escándalo. Y no es de extrañar.
Los dirigentes socialistas andaluces se fundieron un pastizal en dinero público que iba a ir destinado a políticas para paliar el desempleo en dicha región en pasar la noche en prostíbulos metiéndose cocaína.
Es decir, que el dinero que iba a ir para políticas contra el desempleo acabó gastado en una noche de lumis y drogas.
Pero como ocurre siempre en España cada vez que el PSOE protagoniza un caso de corrupción, a la peña se le suele olvidar o te lo suelen justificar de las maneras más variopintas.
En serio, sigue sorprendiéndome la capacidad que tiene el PSOE para justificar sus cagadas mediante su discurso.
Pero es este caso el que me hace cagarme en los muertos del PSOE cuando veo que son ELLOS MISMOS los que proponen abolir la prostitución.
Con la abolición de la prostitución, los sinvergüenzas que protagonizaron este lamentable episodio de la historia política española se quedarían sin posibilidad de recurrir a las señoritas de compañía en caso de no encontrar dónde meterla en caliente.
Pero estoy seguro de que alguna vía encontrarán para salvarse ellos.
Como siempre ocurre, haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.
Y bueno, me he cansado de escribir, así que hasta aquí llega esta entrada.
Feliz politiqueo, cabrones.