domingo, 2 de octubre de 2022

Giorgia Meloni, políticas identitarias y extrema derecha

GIORGIA MELONI, POLÍTICAS IDENTITARIAS Y EXTREMA DERECHA

El título lo dice todo.

Giorgia Meloni se ha convertido en primera ministra de Italia.

En esta oración no parece haber nada que pueda ser polémico, ¿verdad?

Lo polémico llega cuando indagamos un poco en la figura de la nueva primera ministra italiana.

Meloni es presidenta y cofundadora del partido Fratelli d'Italia, un partido político de ideología conservadora nacionalista fundado el 17 de diciembre de 2012 bajo el nombre de Centroderecha Nacional por Ignazio La Russa, coordinador nacional del Pueblo de la Libertad, formación política de centroderecha fundada en 2007 y cuyo presidente desde 2009 hasta su disolución en 2013 fue Silvio Berlusconi, magnate y político italiano y también dueño y fundador de la corporación de telecomunicaciones Mediaset (a la cual debería catalogarse como Mierdaset, debido a la porquería infecta que produce a todas horas jo jo jo).

Aparte, Meloni es una conservadora radical que apuesta por la familia natural, el nacionalismo y los vídeos de TikTok con melones situados en una zona estratégica del cuerpo femenino que a la práctica totalidad de los hombres nos suele gustar.

Todos estos factores hicieron que la polémica estallase por todas partes.

Por un lado, la derecha española más nacionalista y casposa le dio su apoyo incondicional (ojo, no digo que VOX no tenga buenas propuestas, que sean fascistas y demás mierdas que suelen decir los progres sobre ellos, sino que simplemente digo que en algunos de los planteamientos que esgrimen me parecen conservadores y casposos en exceso). Es decir, que la felicitaron tan fuertemente que pareciera que les va a afectar en algo quién cojones gane en Italia.

Por el otro, la típica izquierda posmoderna y giliprogre se ha puesto a lanzar mensajes alarmistas que no distan mucho de los que te pueden lanzar los típicos gilipollas con redecillas en la cabeza que aseguran haber sido violados por una sonda anal extraterrestre.

Que si se acerca una dictadura en Italia, que si el fascismo está creciendo en Europa y muchas más paridas que estoy escuchando por ahí que están agotando la poca paciencia que me queda.

Y vale, he estado leyendo sobre algunas declaraciones polémicas de la susodicha, como una entrevista para la televisión francesa EN 1996 donde habló en buenos términos del dictador fascista Benito Mussolini, así como también se señala mucho que felicitase a Putin tras sus resultados electorales en 2018.

De todas formas, la que me pareció personalmente más chunga de todas sus declaraciones polémicas fue aquella en la que habló de invertir en deporte para "luchar contra las desviaciones".

¿A qué cojones te refieres con "desviaciones"?

Vale que estar gordo puede generarte muchos problemas de salud derivados de dicha condición, pero un problema de salud y estética no necesariamente ha de ser catalogado como "desviación".

Ya que de alguna manera estás dando a entender que esa persona está corrupta o contaminada, cuando el problema no pasa por ahí.

Sé que se refiere a los gordos precisamente por lo que dice después: "... y formar nuevas generaciones de italianos sanos y decididos".

Aunque también puede referirse a los homosexuales o a los drogadictos, lo cual tampoco la deja en mejor lugar.

Pero la gilipollez de su declaración favorable a Mussolini en 1996 no tiene ni pies ni cabeza.

Vamos a ver, hace 26 años de ello. La gente puede cambiar mucho en un período de tiempo tan largo, por lo que difícilmente esto puede ser usado como argumento de peso.

Puedo entender la desconfianza existente en torno al hecho de que una tipa que se ha pronunciado a favor de uno de los mayores hijos de puta que ha parido Occidente en el último siglo se convierta en primera ministra de Italia.

Pero para demostrar que Meloni ACTUALMENTE es fascista necesitáis algo más que unas declaraciones estúpidas que ella hizo cuando tenía 19 años.

Y respecto a lo de felicitar a Putin en 2018, vosotros mismos os contestáis.

En 2018.

Antes de que volviese a reavivarse el conflicto existente en el Dombás en el año 2014 con la invasión a Ucrania por parte de Rusia.

Tened en cuenta que es una pava que ha impedido que el exministro del Interior italiano Matteo Salvini (otra figura política extremadamente polémica en Italia) entre en su gabinete de gobierno por ser "prorruso".

Y es que, independientemente de si Meloni es fascista o no, que es algo que ahora mismo me come la polla cual jirafa que mastica unas apetitosas hojas de Mimosa pudica, su victoria es símbolo de un problema que cada día aqueja más a Occidente.

Y ese problema es el triunfo de las políticas identitarias.

¿Qué son exactamente las políticas identitarias?

Las políticas identitarias son políticas cuya raíz central en la filosofía que hay tras ellas es la protección o reafirmación de la identidad colectiva de un determinado grupo, cuyos rasgos comunes pueden ser el sexo, el origen racial o étnico, la nacionalidad, la lengua, la orientación sexual y un larguísimo etcétera.

Son políticas que buscan influir en el rumbo político del país donde se aplican mediante un enfoque de análisis basado en determinados aspectos comunes de un cierto grupo de personas.

Y esto puede ser jodidamente peligroso.

¿Sabéis por qué?

Porque polariza. Porque divide. Porque enfrenta entre sí a la población a cambio de rédito político y electoral.

De alguna manera, las políticas e ideologías identitarias siempre nos harán buscar al enemigo en quien no es como nosotros, es decir, en el diferente.

Ya sean extranjeros, hombres, heterosexuales, personas de una determinada ideología política... Y así podría seguir hasta mañana.

Y es que todo este rollo de las políticas de identidad tiene mucho que ver, al menos en un sentido discursivo y filosófico, con el Romanticismo, corriente que impregnó la literatura y en general a todos los sectores culturales durante el último tramo del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX.

Y es que el Romanticismo defendía la exaltación de los sentimientos por encima de la razón, cosa que a menudo se traducía en relatos literarios tristes, melancólicos y lúgubres, o bien en relatos puramente sentimentales donde la razón brillaba por su ausencia.

El Romanticismo fue, sobre todo, una reacción visceral a las corrientes ilustradas que se extendían por Europa durante el siglo XVIII y que exaltaban la razón frente a los sentimientos, así como trataban de justificar sus creencias mediante la ciencia.

Luego podemos cuestionar si el pensamiento ilustrado era realmente racional, pero eso es una cuestión mucho más amplia que tampoco nos compete aquí.

El caso es que el Romanticismo daría pie a esa visión totalmente visceral del mundo y de la realidad que caracteriza a los nacionalismos de toda época y lugar. Podemos encontrar elementos de esta corriente en todos los movimientos de carácter identitario o nacionalista que nos podamos echar a la cara, desde el nacionalismo italiano que pregona Meloni, pasando por el nacionalismo español y llegando también al nacionalismo catalán y vasco, los cuales, sumados al identitarismo nacionalista, tienen también elementos racistas (en serio, leed cualquier escrito de Sabino Arana, nacionalista vasco y fundador del PNV (Partido Nacionalista Vasco) y veréis lo que os digo).

El Romanticismo, además, fue la base filosófica y cultural sobre la cual se sustentó la mitología de ideologías totalitarias como el fascismo.

Esa idea de la nación que está dormida pero que ha de despertar, de que todos los ciudadanos de un mismo país han de unirse y anular sus identidades individuales en pos de la Madre Patria en contra de un enemigo externo y ajeno a dicha patria (que casualmente nunca está representado por quienes emplean esos discursos), es una clara herencia del Romanticismo del siglo XIX, una ficción creada a partir de intereses puramente políticos o militares.

Algunos personajes ilustres de este período cultural fueron Lord Byron, Percy Bysshe Shelley, William Wordsworth o el mucho mayor William Blake.

Y a ver, yo entiendo que algunos estéis muy quemados con los progres. Yo también lo estoy.

Pero abrazar un identitarismo diferente, por diferente que sea respecto al identitarismo que criticáis, sigue siendo abrazar un identitarismo, con todo lo que ello implica.

También entiendo que muchos idealizáis el país en el que vivíais hace 30 o 40 años al ver la deriva tan absurda que está tomando éste a manos de Sanchinflas y su cohorte de imbéciles sin experiencia en el mercado laboral.

Pero tenéis que entender que los tiempos totalmente pacíficos e idílicos nunca han existido en nuestra historia. Todas las generaciones de seres humanos que han poblado este planeta han atravesado problemas de diversa índole y diversos conflictos sociales, políticos y culturales.

Lo que para vosotros está suponiendo actualmente la corrección política intravenosa, para vuestros padres lo supuso, por ejemplo, la violencia de ETA y para vuestros abuelos la Guerra Civil, la posguerra o la dictadura franquista.

Lo que os quiero decir con esto es que no os creáis únicos y especiales por estar atravesando problemas de carácter sociopolítico y cultural, ya que en todas las generaciones ha ocurrido.

Y que tampoco idealicéis generaciones pasadas, las cuales también tuvieron sus problemas. En serio, podéis buscar imágenes de la España de posguerra. que vais a flipar con la pobreza y el hambre que se vivió.

Algunas zonas parecían literalmente África, y no os miento. Podéis buscarlo por vosotros mismos.

Las generaciones pasadas, en muchas ocasiones, han necesitado de una resiliencia mucho mayor para salir adelante debido a que las circunstancias que atravesaron fueron mucho más duras que cualquier mierda que nos esté ocurriendo actualmente.

En serio, vivimos en un mundo desarrollado y poco conflictivo, pese a la enorme tocadura de pelotas que estamos experimentando con la corrección política y el feminismo a cucharón, así como la nefasta gestión política de nuestro gobierno.

Precisamente por eso ahora es un deber de nuestra generación mantenerlo tal y como está y no cargárselo con gilipolleces rancias y sectarias que deberían estar enterradas desde hace muchos años en los anales de la historia.

Y esto va tanto por unos como por otros, tanto por los que consideráis que VOX es fascista como por los que consideráis que el gobierno actual es "socialcomunista".

En serio, deberíamos disfrutar más de la vida y dejar de pelear entre nosotros.

Joder.

Lo que os quiero decir con esto es que llevéis cuidado con los identitarismos, las acusaciones baratas de fascismo, ultraderecha y comunismo bolivariano hacia grupos políticos con los que no estáis de acuerdo y con los políticos que tratan de canalizar vuestras frustraciones personales y problemas de identidad para usarlos como forma de joder social y políticamente el país con políticas excluyentes, irracionales y sectarias.

Porque no sois conscientes del daño que podéis causar haciendo esto.

Y nada, hasta aquí la entrada porque me he cansado de escribir y tengo poco más que decir.

Feliz politiqueo, cabrones.

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