martes, 29 de octubre de 2024
Izquierda posmoderna y rebeldes de plastilina
miércoles, 23 de octubre de 2024
Clivajes y su importancia en la política
CLIVAJES Y SU IMPORTANCIA EN LA POLÍTICA
Son más importantes de lo que pensamos y muchos ni siquiera saben lo que son.
Antes que nada, siento mucho haber estado ausente del blog durante tanto tiempo.
El motivo fundamental es que he priorizado otras actividades, como por ejemplo las salidas, la lectura o los estudios.
Joder, no soy el típico tipo aburrido y taciturno que tiene este blog como forma de escapar de su triste y anodina realidad.
No obstante, no me olvido ni me olvidaré de vosotros, de los pocos que de momento leéis mi blog.
Gracias a vosotros difundir este contenido cobra sentido, en serio.
Pero dejemos el sentimentalismo y de hablar de mí y vayamos al asunto que nos trae a esta entrada.
En este maravilloso blog (jo jo jo) en varias ocasiones me he cagado en los políticos, en los partidos y en sus trapicheos y corruptelas, pero poco me he parado a analizar los factores que determinan la intención de voto en un determinado país.
La ideología suele ser un factor determinante prácticamente siempre en el voto partidista. Es raro que votes a un partido comunista si no eres comunista ni te ves identificado con su programa electoral y propuestas.
Sería tan raro como una gorda en una reunión de modelos de Victoria's Secret jo jo jo.
O como un calvo en una peluquería jo jo jo.
Pero poniéndonos de nuevo en serio, que ya sabéis que me cuesta pero que igualmente lo intento, hay factores que son igual de determinantes o incluso más que la ideología política.
Estos factores son los que en ciencia política se denominan "clivajes".
La palabra "clivaje" es directamente un anglicismo procedente del vocablo inglés cleavage, que en español viene a significar "fractura".
Esta raíz etimológica nos da a entender por dónde va el significado de la palabra.
Los clivajes son aquellos aspectos que producen diferencias entre la población de un país que se traducen en la adscripción a una determinada opción política en el panorama político del país de turno.
En algunos países, éstos tienen poca importancia, mientras que en otros, su importancia es mayor que las mamellas de la streamer Amouranth.
Sí, esa pava que estuvo en primera plana por denunciar abusos económicos y verbales por parte de su marido.
Que no sé si será falso o será cierto, pero me resulta curioso de todas formas.
El caso es que los clivajes están claramente ligados al contexto material y cultural del país en cuestión.
El término fue creado y popularizado por los politólogos Seymour Martin Lipset y Stein Rokkan en 1967, quienes distinguían cuatro tipos fundamentales de clivajes:
CLIVAJE CENTRO-PERIFERIA O IDENTITARIO
Este clivaje consiste en la división existente entre quienes habitan las zonas centrales del país y quienes habitan determinadas regiones.
Es un clivaje que se suele expresar en clave de identidad nacional o regional, bajo la creencia de que tales regiones tienen una cultura única e indistinguible que les convierte en una nación o pueblo.
En España podemos encontrarnos este clivaje en clave de separatismos o regionalismos, quienes buscan una serie de privilegios y ventajas para tales regiones en la política nacional, al estilo del Concierto Económico Vasco o los impuestos propios de Cataluña, siendo esta región la que más impuestos propios tiene de toda España.
Suena interesante la explicación que Lipset y Rokkan ofrecen a este fenómeno, ya que teorizan que esta división aparece tras el surgimiento del Estado-nación moderno, donde algunos Estados tuvieron más éxito que otros en la asimilación de otras culturas en la nación mayoritaria.
Y tiene sentido, ya que el Estado-nación, tras surgir tras la Revolución Francesa, se basaría en una noción de unión popular bajo una cultura y tradición comunes que podía aplicarse a cualquier región del mundo, ya sea un Estado o una parte de un Estado.
Es un discurso que puede ser fácilmente adoptado por los separatismos por sus características de reafirmación de la identidad frente a otras naciones o frente a una nación dominante.
Este clivaje puede influir, por ejemplo, en el voto a partidos unionistas e independentistas en España. Quienes sean partidarios de la unidad de España, tenderán a votar a partidos unionistas, mientras quienes sean partidarios de la independencia de determinadas regiones, votarán a partidos independentistas o a partidos que estén conformes con la independencia de tales regiones.
Concretamente Cataluña, País Vasco e incluso Galicia son aquellas regiones que más poseen este clivaje.
La división del voto en estas regiones entre unionistas, gente que pasa de estas mierdas y follabanderas nacionalistas está bastante presente.
Podríamos decir que este es uno de los clivajes más presentes en España desde hace años, y que más determinantes resultan para el voto partidista, especialmente en ciertas regiones concretas.
CLIVAJE ESTADO-IGLESIA O RELIGIOSO
Este clivaje es muy sencillo de comprender: consiste en la división entre el electorado religioso y el electorado secular.
Este clivaje suele tener importancia desde el momento en que tiende a ser la derecha política la que canaliza creencias religiosas, mientras que la izquierda suele ser la que las rechaza.
¿Qué consecuencias tendrá esto?
Pues que la derecha, en aquellos países de tradición religiosa (como en el caso de España), tendrá un mayor apoyo por parte del electorado religioso, mientras que la izquierda tendrá un mayor apoyo por parte del electorado secular.
De todas formas, esto tampoco puede considerarse en términos absolutos.
¿Por qué?
Porque muchas veces, independientemente de las creencias religiosas, se buscan unos intereses políticos que el partido que coincide con tus creencias religiosas no te puede aportar.
Por tanto, votas a otro partido que, aunque no está tan en consonancia con tus creencias religiosas, persigue objetivos políticos similares a los tuyos, y echas una bonita papeleta en su nombre.
A la inversa puede ocurrir exactamente igual.
Sin embargo, hay países como Francia donde la derecha, al no ser religiosa, no tiene tanto apoyo religioso.
¿Por qué ocurre esto?
Porque Francia es un país en cuya historia la rebelión contra la Iglesia ha sido constante, y por tanto aquellos partidos que defiendan la tradición francesa no van a sentir el mismo apego hacia la religión que aquellos partidos españoles que defiendan la tradición española, por ejemplo.
Ojo: con esto no quiero decir que todos los votantes de derechas en los países tradicionalmente religiosos sean unos beatos de mierda que se pasan el día rezando el Rosario y evitando follar hasta el matrimonio.
Ni que todos los votantes de izquierdas sean ateos y, mucho menos, sean necesariamente más críticos y escépticos por ello.
De todas formas, a medida que el laicismo va consolidándose como modelo de Estado en todo el mundo, este clivaje va perdiendo importancia de forma progresiva.
CLIVAJE CAPITAL-TRABAJO O DE CLASE
Este clivaje haría hincapié en aquellas diferencias entre pobres y ricos o capitalistas y obreros que causarían una fractura social.
Suele entenderse como el clivaje que forma partidos de izquierdas y de derechas, en función del sector económico/social representado.
Sin embargo, tengo serias dudas sobre la importancia de este clivaje en la política actual, sobre todo desde la desaparición de los partidos de masas y su sustitución por partidos de tipo catch-all, los cuales articulan propuestas que tratan de unificar a grupos poblacionales muy diversos.
En serio, me atrevería a decir que la aparición del Estado de bienestar eliminó, o al menos redujo considerablemente, este clivaje.
Por tanto, si los partidos de izquierdas o derechas aparecían en función de esto, podemos empezar a cuestionar el propio concepto de la dicotomía izquierda-derecha, ya que el Estado de bienestar elevó el nivel de vida de las clases bajas.
En serio, alguien de "clase baja" de hoy en día no tiene nada que ver con alguien de "clase baja" hace 100 años.
Una persona de nivel económico considerado bajo hoy en día en Occidente puede tener acceso a televisión, comida a un precio asequible, ropa de diversos tipos y un largo etcétera.
Hace 100 años, las personas situadas en este estrato, en muchos casos, no tenían ni para comer.
En serio, creo que es fácil deducir mediante gráficos que la renta per cápita se ha incrementado considerablemente en el siglo XX.
Por ejemplo, en 1950 la renta per cápita española se hallaba por debajo de los 5.000 dólares constantes.
Sin embargo, en 2005 ésta superó los 30.000 dólares constantes, aumentando ésta un 600% en un período de 55 años.
Fuente: Penn World Table.
Un inciso IMPORTANTE:
Que la renta per cápita aumente no significa que todos los ciudadanos del país se hagan ricos, o al menos no al mismo ritmo o nivel.
Significa que el nivel de ingresos medios se ha incrementado y que a nivel general existe un aumento de la riqueza en los bolsillos de los ciudadanos, sin significar esto que la pobreza haya desaparecido.
A través de esto, podemos deducir que la presencia de riqueza a nivel general en un país ha aumentado.
Y negar que en el mundo occidental esto ha sucedido es de ser un puto demagogo y negar la evidencia.
Pero este dato implica que quizás los conflictos sociales por cuestiones de renta ya no tienen tanta importancia hoy en día.
Por tanto, podemos decir que este clivaje en los actuales países occidentales, especialmente en Europa, tampoco tiene una gran importancia.
Salvo quizás en Estados Unidos.
En Estados Unidos la diferencia económica entre ricos y pobres ha sido un tema que ha suscitado concienzudos análisis, ya que es brutal.
En el año 2010, probablemente menos del 2% de la población estadounidense superase los 2 millones de dólares en ingresos netos, mientras que el restante 98% se movía prácticamente por debajo de los 500.000 dólares netos, y encontrándose solamente el 20% de la población por encima de los 100.000 dólares netos.
Esto significaría que, si la población de Estados Unidos era en 2010 de 309.145.538 habitantes, si calculamos el 2% de esa cantidad, significaría que solo 6.182.910 de estos habitantes, aproximadamente, tendrían una renta superior a los 500.000 dólares netos, e incluso en este grupo existirían diferencias abismales en cuanto a riqueza.
Si solamente el 20% de la población superaba los 100.000 dólares en ingresos netos, significa que 61.829.107 habitantes (de los 309 millones totales) cobran por encima de ese margen de renta.
Tendríamos un 78% de la población situado por debajo de los 100.000 dólares netos en cuanto a renta.
¡CASI EL 80% DE LA POBLACIÓN!
Las diferencias entre las rentas de las clases estadounidenses son tan grandes que sería de esperar que el clivaje capital-trabajo tuviese una gran importancia dentro del país.
Pero sin embargo, hay algo que va en contra de esta teoría, y ese algo son los costes del ejercicio de la actividad política dentro de Estados Unidos, debido a que los asesores y campañas de marketing necesarios para una buena presentación política son extremadamente caros, al tratarse de profesionales. Esto se debe a que la estructura de partido existente no está tan definida como la europea, lo cual hace que quienes busquen hacer campaña política deban montárselo ellos solitos.
Podemos poner en duda hasta qué punto las disputas entre obreros y ricos son un eje vertebrador de la política estadounidense cuando uno de los grandes problemas que tiene Estados Unidos es la poca accesibilidad que la política tiene para los ciudadanos del país.
También podemos afirmar que pese a las grandes diferencias económicas entre individuos dentro del país, la mayoría de ellos puede permitirse una vida cómoda y, por tanto, no se verán tentados de enfrentarse a los poderosos (y más cuando el salario medio estadounidense se encuentra situado entre los 60.000 y los 70.000 dólares) y mucho menos de discutir acerca de la legitimidad de sus propiedades.
Este clivaje tendrá peso en aquellos lugares donde las diferencias entre la clase económica privilegiada del país y la media sean tales que impidan vivir cómodamente a la mayoría o a una parte importante de la clase media.
Es lógico, por tanto, que los países en vías de desarrollo pueden ser más proclives a desarrollar este tipo de clivajes que los países económicamente desarrollados, al tener los segundos una mayor capacidad para cubrir las necesidades de sus ciudadanos (o al menos de gran parte de los mismos) que los primeros.
CLIVAJE CAMPO-CIUDAD O TIERRA-INDUSTRIA
Este clivaje hace referencia a las diferencias entre las urbes y el campo y los conflictos de intereses que las mismas producen.
Vamos, el urbanitas vs. pueblerinos de toda la vida jo jo jo.
Este clivaje cobra especial importancia en las sociedades industrializadas, en las que la población tiende a desplazarse del campo a la ciudad en busca de oportunidades, fomentándose de esta forma la despoblación progresiva de los pueblos y el abandono de los mismos en detrimento de las ciudades.
Quienes viven del sector primario tienen cada vez más problemas debido a las restricciones al respecto impuestas desde la UE y al hecho de que a mayor grado de industrialización, menor es el peso del sector primario en la economía y, por tanto, menor control tendrán quienes se dedican a él sobre la producción.
Ciertos partidos políticos en España, como VOX, han adoptado algunas de las reivindicaciones de los trabajadores del campo en sus propuestas políticas, aprovechando la existencia de este clivaje.
Podemos decir, por tanto, que este clivaje tiene cierto grado de importancia en el país.
Asimismo, también es esperable que los partidos conservadores posean mayores apoyos en el campo y los partidos liberales y progresistas los posean en la ciudad.
Principalmente porque si la economía del campo se encuentra entre las principales tradiciones a lo largo y ancho del mundo, es más fácil que sea defendida por partidos que quieren conservar esas tradiciones, frente a partidos progresistas que priorizan más aquellos aspectos más asociados a la modernidad (o incluso a la posmodernidad) como lo puedan ser las grandes urbes y sus problemáticas.
Aunque, no obstante, el hippismo medioambiental de algunos izquierdistas también podría derivar en que se decanten por el medio rural y su salvación, al considerar las ciudades como focos de contaminación que la humanidad debería evitar.
Esto, como veis, dificulta considerablemente las cosas, ya que no habría una única forma en la que dicho clivaje afecta a la intención de voto. Los conservadores podrían apostar por el medio rural por un motivo y los progrehippies por otro completamente distinto.
También las diferencias en los presupuestos destinados por los políticos a uno y otro medio pueden influir bastante en la perpetuación del clivaje, por mucho que las diferencias sustanciales entre ambos medios se hayan reducido en las últimas décadas.
No olvidemos, por ejemplo, la llamada "guerra del agua", que tuvo lugar debido a la pérdida del control del agua en varias Comunidades Autónomas como, por ejemplo, Castilla-La Mancha.
Lo mejor de la teoría de clivajes de Lipset y Rokkan es, sin lugar a dudas, que aparte de estos cuatro clivajes principales aquí mencionados podemos identificar muchos otros que influyen en el voto incluso con mayor intensidad a día de hoy.
El escoramiento ideológico de los sexos (las mujeres hacia la izquierda y los hombres hacia la derecha) podría significar que el sexo de las personas se está transformando en otro clivaje que determina la intención de voto (lo cual es bastante peligroso por obvios motivos, ya que ninguna sociedad que fomenta la guerra de sexos puede sobrevivir).
El desempleo estructural que España lleva experimentando durante todo el período democrático podría significar que el tradicional clivaje capital-trabajo se ha modificado para dar paso a un clivaje entre quienes tienen trabajo o son empleables y los que no (cuyo nivel de vida se sostiene, en muchos casos, por mediación de pagas estatales).
El envejecimiento poblacional y el descenso de la natalidad pueden estar dando lugar a un clivaje por edad, que se manifiesta considerablemente en la diferencia de edad entre quienes votan a los partidos políticos tradicionales y quienes votan a las opciones políticas emergentes, hartos de ver cómo la mierda de situación política que vivimos no se modifica ni un ápice.
Y así hasta el puto infinito, joder.
Sea lo que sea, lo cierto es que podemos describir los clivajes como fracturas sociológicas que se traducen en diferencias políticas.
Fracturas sociológicas que pueden variar dependiendo del contexto histórico y cultural.
Pero sobre todo del tamaño de mi Z-I-P-O-T-E.
Joder.
(Olvidad la tontería que acabo de soltar de manera completamente gratuita.)
En fin, que me voy por las ramas.
Espero que esta entrada os haya servido para entender un poco mejor el por qué algunas personas votan X y otras votan Y cuando éstas no parecen tener una ideología muy marcada o definida (lo cual suele ocurrirle a la mayoría de la población).
Y también el por qué debéis brindar por mí a diario, como autor de este fantástico blog jo jo jo.
Feliz politiqueo, cabrones.
Izquierda posmoderna y rebeldes de plastilina
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